viernes, noviembre 25, 2005

La Semana Económica

noviembre 25, 2005
Las cifras de balanza de pagos para el tercer trimestre del año fueron favorables. La inversión extranjera directa (IED) fue superior a los flujos de cartera, al endeudamiento y al déficit en la cuenta corriente. Esta registró en el tercer trimestre un déficit 27% menor al del mismo período del año pasado. Esto refuerza la percepción de una sólida posición de las cuentas de México con el exterior.
La inflación anualizada de 3.0% durante la primera quincena de noviembre es ya idéntica al objetivo puntual de Banco de México. Banamex estima que dicha convergencia es sólo temporal, pues hay factores que llevarán a un repunte de la inflación a partir de diciembre y durante la mayor parte de los siguientes meses del 2006, hacia un nivel de 3.7%, para finalizar ese año en 3.4%.
En el contexto del descenso de tasas de interés en EUA y de los favorables resultados de inflación en México, las tasas de interés nacionales disminuyeron en la semana. Además, y como se anticipaba ampliamente, Banxico decidió hoy impulsar una baja adicional en la tasa de interés a un día de un cuarto de punto porcentual a 8.75%. Prevemos que comenzará a actuar con más cautela, y no esperamos en lo que resta del año y durante la primera mitad del siguiente otros movimientos a la baja en la tasa de interés de corto plazo, aunque el mercado se inclina por esperar nuevas bajas, comenzando en este diciembre.
Las cifras de actividad productiva resultaron positivas, tanto las referidas a las ventas al menudeo de septiembre como a las exportaciones manufactureras de octubre. Las primeras crecieron 5.2% anual y 1.7% mensual; se confirma así un buen ritmo de avance del consumo privado: por lo que Banamex estima que éste creció alrededor de 4% anual en el tercer trimestre del año. Por su parte, las exportaciones de manufacturas avanzaron 12% anual, por arriba de los meses previos; en ello influyó el repunte de los envíos al exterior de autos ligeros. Las cifras apuntan a que la demanda global mantuvo un buen paso al inicio del cuarto trimestre del año, aspecto favorable para la actividad productiva nacional, sobre la cual se anticipa que mantenga una tendencia ascendente en los últimos meses del año, aunque a ritmo menor que en el tercer trimestre.

¿Por quién voy a votar?

Una duda más corroe mí ya de por sí dubitativa existencia: ¿por quién votar para Presidente el próximo 2 de julio? Quienes me conocen bien saben que siempre he votado por la izquierda y que no tengo ningún voto útil que manche mi expediente electoral. En las últimas elecciones presidenciales (1988, 1994 y 2000) voté por Cuauhtémoc, aún sabiendo en la última que no tenía ninguna posibilidad de ganar. Pero ni modo de votar por el PAN, partido de derecha, o por el PRI, compendio de la peor manera de hacer política durante más de siete décadas.

Pero ahora, ¿a quién darle mi voto? El PRI y el PAN están descartados pues siguen vigentes mis objeciones de siempre. Nunca votaría por el PAN y mucho menos por Madrazo. El Verde Ecologista actúa como de costumbre: en estos días anda buscando el mejor postor para sus supuestos tres millones de votos (en 1994 obtuvo menos de 500 mil votos, en 2000 no se sabe pues participó en alianza con el PAN y en 2003 rebasó apenas el millón de votos, así que ¿de dónde puede negociar tres millones de votos?). Ayer por la mañana vi a Bernardo de la Garza en el programa de Víctor Trujillo: debo mencionar que me parecía un tipo decente, bien intencionado y pensaba que era distinto al Niño Verde y a la camarilla que maneja el PVEM como si fuera una franquicia o una empresa familiar. Creía que Bernardo seguramente protestaría si la dirigencia de su partido intentaba negociar su candidatura. Tras verlo en la TV confirmé una vez más la vigencia de la ingenuidad que siempre me ha caracterizado: es un negociante de la política igualito que sus congéneres y, contrario a mis suposiciones, él mismo es el principal promotor de la negociación. En una muestra de impudicia total y de falta de cualquier atisbo de principios ideológicos o doctrinarios, afirmó estar dispuesto a aliarse con cualquiera de los tres grandes: PRI, PAN o PRD, en nombre de México, por supuesto. Ya ayer rechazó la oferta que le hizo Felipe Calderón de nombrarlo Procurador Federal de Protección al Ambiente o titular de la Semarnat. De seguro el precio es mayor en términos de senadurías, diputaciones y las famosas prerrogativa$$$.

Por su parte, por primera vez el PRD parece tener oportunidad de ganar. Y yo siempre he votado por la izquierda. ¿Entonces? El problema es que para mi ni Andrés Manuel ni el PRD son de izquierda, aunque se proclamen como tales. ¿Cuál es la bronca con AMLO? Desde mi punto de vista, resulta un tipo poco confiable; su personalidad es taimada y le gusta revestirse de un aire de santidad con el que definitivamente no comulgo (ahora sí que como dicen los gringos: no pun intented). Eso de presentarse como un hombre de principios inflexibles me hace temer lo peor: es un fundamentalista y esos cabrones me producen temor, por más que se trate de alguien que dice actuar siempre en nombre y a favor del pueblo. Eso me suena a un discurso rancio, en el que sólo falta la retórica anti-imperialista para estar en presencia de un Lombardo revivido. Definitivamente no me simpatiza el personaje, no me gusta su forma de hacer política (el nadar de muertito mientras hace una serie de acuerdos en lo oscurito como los que lo llevaron a imponer a Cota en la presidencia del PRD) ni ese aire de iluminado y de mesías del que hace gala. Desde luego, me opuse al desafuero pues me pareció una maniobra para sacarlo de la jugada a la mala. Pero defenderlo en el caso del desafuero no implica comprometer mi voto con él. Y más allá de los desacuerdos o antipatías personales que pueda tener con AMLO creo que no es el presidente que requiere este país: no es una gente con ideas modernas ni con una visión hacia el futuro. Creo que sería feliz reeditando a los gobiernos de la Revolución (con mayúscula) y su política social, lo cual no me parece mal, pero basándose en los esquemas clientelares del PRI con su secuela de corrupción, compadrazgos y manipulaciones electorales. Además, ¿cómo establecer una política de ese tipo en un tiempo en que todos los sistemas de seguridad social del mundo están en crisis? Para ello se requerirían esquemas más imaginativos e innovadores que proponer el incremento en los recursos públicos disponibles mediante el ahorro en los sueldos de los funcionarios públicos como lo hace Andrés Manuel. Y si nos hemos pasado el sexenio actual pitorreándonos de Fox y sus dislates, ¿qué podemos esperar de este candidato cuyas propuestas de gobierno incluyen vivir en Palacio Nacional, viajar en aviones comerciales y establecer una Disneylandia mexicana en las Islas Marías? Definitivamente, yo paso.

En una próxima entrega hablaré del PRD y de la candidata más viable para seguir apostándole siempre al perdedor: Patricia Mercado. Ah, y del Partido Nueva Alianza y sus precandidatos: Elba Esther, Jorge Castañeda y otro por el estilo (cuyo nombre se me escapa en estos momentos).

jueves, noviembre 24, 2005

Falta de memoria (¿o cinismo?)


Fox en la campaña de 2000: arreglaría el asunto de Chiapas (el levantamiento zapatista) en 15 minutos; tendríamos un crecimiento económico (del PIB) de 7% anual; se crearía un millón de empleos cada año a partir de que él tomara la presidencia. Prometió también mejores condiciones de vida para los pobres y eliminar toda forma de discriminación. Aseguró que acabaría con la corrupción y la inseguridad. "Honestidad, trabajar un chingo y ser poco pendejo", en respuesta a la pregunta: ¿qué le ofrecía a México?, abril de 2000.
Fox como presidente en noviembre de 2005: pidió a los mexicanos "no hacer caso de aquellos que dicen tener la varita mágica para resolver todos los problemas del país de un plumazo"."En México ya sabemos de esas cosas, ya nos han engañado suficiente (...)”.

lunes, noviembre 21, 2005

La economía en la semana (14 al 18 de noviembre)

Informe semanal de Banamex
La economía creció durante el tercer trimestre 3.3% respecto al mismo periodo del año previo, en línea con lo esperado. Al considerar el avance trimestral el dinamismo fue muy elevado, de 2.1% (8.9% anualizado). Esto significa que ya fue superada la fuerte desaceleración del PIB que se observó durante el primer semestre y, en particular, del segundo trimestre. Por otro lado, cabe hacer notar que el crecimiento fue muy heterogéneo: mientras que hay un importante repunte de servicios y sobre todo de agricultura, la industria aún muestra un dinamismo muy bajo.
El repunte de la economía refleja el fortalecimiento de los servicios y la elevada volatilidad de la agricultura; esta última después de los resultados negativos de los trimestres previos. El acumulado para el año se ubica en 3%. Mantenemos nuestros pronóstico para el crecimiento del PIB del cuarto trimestre y del año, 2.8% y 2.9% respectivamente.
SHCP Indicadores económicos: (18 de noviembre)
• Crece la Economía Mexicana 3.3% en el Tercer Trimestre
En el tercer trimestre de 2005, el Producto Interno Bruto (PIB) de México aumentó 3.3% en términos reales respecto al mismo periodo de 2004, con lo cual se acumulan catorce trimestres consecutivos de incrementos anuales. En términos acumulados, el PIB se elevó 3.0% anual en los primeros 9 meses de este año. Cifras ajustadas por estacionalidad muestran que el PIB registró una variación de 2.15% durante el periodo julio-septiembre pasado con relación al trimestre previo.
• Desciende la Tasa de Desempleo en Octubre
En octubre pasado, la Tasa de Desempleo (TD) a nivel nacional se ubicó en 3.57% de la Población Económicamente Activa (PEA) de 14 años y más, menor a la registrada en el mismo mes del año anterior de 4.08%. Por sexo, la de hombres pasó de 3.24% a 3.29%, mientras que la de mujeres se contrajo a 4.02% de 5.57%. Con base en cifras corregidas por estacionalidad, la TDA fue de 3.43% de la PEA en el décimo mes de este año, 0.01 punto porcentual mayor a la del mes inmediato anterior.
• Reservas Internacionales en su Nivel Máximo Histórico
Al 11 de noviembre, las reservas internacionales del Banco de México (Banxico) registraron un nuevo máximo histórico, al sumar 65,134 millones de dólares (mdd), cifra mayor en 3,638 mdd al monto reportado al cierre de 2004 y en 175 mdd al dato observado el pasado 4 de noviembre (64,959 mdd).
• El Rédito de los Cetes Baja en Todos sus Plazos
En la subasta de valores gubernamentales del 15 de noviembre, las tasas de interés de los Cetes a 28, 91 y 175 días y de los Bonos a 5 años descendieron 5, 5, 9 y 4 puntos base (pb), en ese orden, respecto a su subasta precedente, al ubicarse en 8.68%, 8.72%, 8.67% y 8.36%, respectivamente; mientras que el rédito de los Udibonos a 10 años (4.51%) se elevó 11 pb.
• La BMV Cierra la Semana en su Nivel Máximo Histórico
El 18 de noviembre, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPyC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerró en las 16,545.44 unidades, lo que significó un nuevo máximo histórico. Durante la semana anterior, el IPyC registró un crecimiento de 2.53%. En lo que va de 2005, el IPyC ha acumulado una ganancia nominal de 28.08% en pesos y de 34.03% en dólares.
• Continúa Fortaleciéndose el Peso Mexicano
Durante la semana pasada el tipo de cambio spot osciló entre los 10.630 y 10.680 pesos por dólar (ppd). Al cierre de la jornada del 18 de noviembre, el tipo de cambio se ubicó en 10.665 ppd, reflejando una apreciación de 2.7 centavos con relación al cierre de la semana previa. En lo que va de 2005, el tipo de cambio registra un nivel promedio de 10.8473 ppd.
• Los Precios del Petróleo Cierran a la Baja
Al cierre de la semana, el precio de la mezcla mexicana de petróleo fue de 41.39 dólares por barril (dpb), mientras que los contratos a futuro del West Texas Intermediate (WTI) y del Crudo Brent terminaron en 56.14 y 54.88 dpb, respectivamente, un descenso semanal de 0.77%, 2.42% y 0.20%, en ese orden. En lo que va del año, el precio del barril de petróleo mexicano de exportación registra un crecimiento acumulado de 43.72% y un nivel promedio de 42.54 dpb. (Pemex e Infosel)

Cambio y riesgo en la globalización: reformar las reformas

En  esta ocasión cedo la palabra a Rolando Cordera Campos, quien ha venido publicando en La Jornada una serie de análisis sobre las reformas que ha sufrido este país en los últimos 25 años, con el título de: “Cambio y riesgo en la globalización: reformar las reformas”. Creo que su lectura nos ofrece, de manera muy sintética, un panorama muy claro de los efectos del cambio sobre nuestro país.
Con motivo de las próximas elecciones presidenciales los contendientes tendrán que ocuparse tarde o temprano del inventario de lo que ha ocurrido con este país en los pasados 20 años. Discutir el diagnóstico es el primer paso para aspirar a un acuerdo racional y si se puede nacional sobre el curso futuro de nuestra economía política. Desde el centro-derecha que se forma en torno a Felipe Calderón o desde la izquierda que Andrés Manuel López Obrador quiere centrista, tendrán que venir respuestas y propuestas a un reclamo fundamental que se hace, con los días, exigencia airada de empresarios, trabajadores, jóvenes y viejos por igual: México tiene que recuperar el crecimiento extraviado hace dos décadas y el Estado debe encontrar la forma de distribuir las cargas y los beneficios de ese crecimiento, de conformidad con las promesas igualitaristas y de equidad que son propias de toda democracia moderna. No hay escape ni fuga hacia delante ante este dilema, salvo a costos políticos enormes que no harán sino erosionar más nuestros frágiles tejidos de entendimiento comunitario.
Riesgo y cambio es la pareja que articula nuestras transiciones. Vale la pena tensar la memoria y ver atrás aunque sea esquemática y apretadamente.
El estallido de la crisis de la deuda externa en 1982 fue visto como el final de una etapa en la historia del desarrollo mexicano. No sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social, el país ha sufrido a partir de entonces mutaciones enormes, para bien y para mal. Como se recordará, en los primeros momentos después de la crisis de la deuda externa la emergencia imperaba. De lo que se trataba, a decir del presidente Miguel de la Madrid, era "evitar que el país se nos fuera de entre las manos".
Para ello, el gobierno sometió a la sociedad y su aparato productivo ya decaído, pero todavía prácticamente intacto y en parte remozado gracias al auge petrolero anterior, a un ajuste externo y fiscal draconiano que tenía como objetivo principal y casi único crear el excedente necesario para continuar pagando la deuda y, de esta manera, poder retornar pronto a los mercados internacionales financieros. Así, se decía, México retomaría el crecimiento que entonces se perdía como resultado de la crisis financiera y de una abierta decisión de Estado. La estrategia no rindió los frutos esperados y más bien se convirtió en una "política económica del desperdicio".
Fue ante el fracaso de estas recetas convencionales que empezó a surgir la idea del cambio estructural que debía estar dirigido a volver al país capaz de adaptarse e inscribirse en los portentosos cambios del mundo, que adquirieron velocidad de crucero al desplomarse el sistema bipolar. Fue en ese tiempo que irrumpió el reclamo democrático a escala internacional, y se intensificó la búsqueda de los caminos más rápidos y expeditos para recuperar el tiempo perdido, así como reencontrar la vía del mercado y del capitalismo que se había bloqueado en buena parte de Europa y Asia, pero también en América Latina y África.
Así sonaba, al menos, el relato en buena medida inventado por los ganadores, que luego se tornaría una auténtica leyenda negra del desarrollo anterior, y en nuestro caso del crecimiento y la industrialización dirigidos por el Estado surgido de la Revolución Mexicana. Era la Primavera de los pueblos, de la globalización y del mercado.
Todo se volvió reforma para la globalización y el llamado Consenso de Washington lo codificó en discurso y receta universal, que habrían de declamar por igual checos y polacos, rusos y mexicanos, peruanos y brasileños.
Muchas reformas se hicieron para globalizar a México. Todas ellas modificaron más o menos radicalmente las relaciones del Estado con el resto de la sociedad y con el nuevo orden global que emergía. La reforma política alcanzada casi al final del siglo y del ciclo posrevolucionario, junto con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1993, coronaron estos empeños.
La economía y la política responden ahora a otros códigos, y si bien sus imperfecciones e ineficiencias pueden todavía atribuirse a los ecos del viejo régimen, que vive y colea sin duda, en lo fundamental deben entenderse como fallas y defectos de los nuevos arreglos: fallas del mercado, pero también fallas de un Estado que no acaba de definir su perfil ni ha dado lugar al surgimiento de un nuevo orden democrático que le dé sentido y coherencia a tanto cambio.
La primera reforma, que arranca en 1985 en medio de la crisis económica y de los efectos del sismo que abatió al país ese año, buscó redimensionar el sector público y redefinir el papel del Estado en la economía. De ella emanaron las drásticas y apresuradas revisiones de la política de protección comercial y las privatizaciones, la reprivatización bancaria, las nuevas reglas de apertura a la inversión extranjera directa y la reforma del artículo 27 de la Constitución para liberar la tierra ejidal y comunal. Bajo el credo de la reforma económica, se quiso justificar el retraimiento de la inversión pública que ahora todos lamentan, incluso quienes soñaban con una economía donde todo quedara a cargo del mercado y de la inversión privada, por definición y canon, siempre más eficiente y racional que la pública.
La segunda reforma apuntó a los tejidos políticos del Estado posrevolucionario y pretendió llevar a éste a una nueva etapa: a una democracia representativa que pudiese recoger la pluralidad social e ideológica y diese un cauce productivo y renovador a los conflictos y pugnas distributivas y por el poder que son propias de las sociedades complejas. Evadir el "México bronco" del que habló Reyes Heroles y darle un sentido progresivo a su socorrida frase de que "el que resiste apoya".
Pero llegó la alternancia y mandó a parar. Debía haber quedado claro que las reformas no habían considerado sus graves implicaciones secundarias ni observado una secuencia congruente con las dislocaciones estructurales, sociales y regionales que inevitablemente propiciarían, pero en vez de ello el gobierno del cambio creyó que el éxito económico y político del año 2000 podía perpetuarse.
El presidente Fox hizo bien en reconocer en una entrevista con Joaquín López Dóriga que antes de él siempre sí había historia. Ya era hora, pero sus dichos de campaña, que se extendieron a lo largo de su gobierno, mucho daño hicieron al entendimiento político que tanto requería su gestión para ser la auténtica inauguración de un nuevo régimen.
No se puede andar por el país y el mundo proclamando que se vive el año cero de la República ("los 70 años perdidos"), y luego lamentar los efectos de tal despropósito y echarle la culpa al Congreso ¡por no aprobar la continuación de unas reformas decididas y hasta impuestas por el "viejo régimen"! El resultado está a la vista: una economía en estado de hibernación, cuotas impresentables de pobreza y concentración de la riqueza y el ingreso, y un sistema de partidos que no ha podido generar una vida parlamentaria productiva en términos de políticas, leyes y cooperación pluralista. Al desplomarse el centro del presidencialismo autoritario y no encontrar un sucedáneo efectivo en un presidencialismo democrático, el sistema político se debate en la indefinición y ha caído en un paréntesis corrosivo de la vida pública, acosada por la emergencia sin concierto de todo tipo de pugnas distributivas, por una lucha descarnada por el poder y por discursos inspirados en la antipolítica: descalificación a ultranza de los partidos; promoción a diestra y siniestra de convocatorias oligárquicas; reducción del debate a un concurso de personalidades; sustitución del análisis y la reflexión discursiva por la encuesta y la mercadotecnia; negación del derecho amparada en la exaltación de la justicia; sometimiento de la justicia social so pretexto del estado de derecho. Lo peor: relegamiento del desarrollo al último lugar de la agenda pública.
El curso reformista tiene que ser sometido a un examen riguroso y sin concesiones. Toca hacerlo a los aspirantes a presidir el país a partir del año entrante, pero queda a los intelectuales y a los medios de información, así como a las organizaciones de la sociedad civil, hacer de esta necesidad una exigencia perentoria, una condición de existencia y ampliación de la democracia mexicana.
Reformar las reformas no significa revertirlas, más bien revisarlas. El costo de intentar lo primero, que hoy cultivan algunos entusiastas del cambio total, es muy alto y su resultado más probable sería un fracaso sin regreso.
Lo anterior viene al caso si se atiende a lo alcanzado en 20 años de cambio estructural globalizador: México se volvió un gran exportador de manufacturas pesadas y semipesadas, un poderoso productor y exportador automotriz y electrónico y, en conjunto, sus ventas al exterior se multiplicaron por cinco y superó su dependencia de las ventas foráneas de crudo. En ese lapso el país recibió montos considerables de Inversión Extranjera Directa (IED), se volvió uno de los tres principales socios comerciales de Estados Unidos y apareció en la escena comercial mundial como un nuevo y atractivo jugador de grandes ligas.
Por su lado, la reforma política rindió frutos importantes. En medio de la violencia política del fatídico 1994, la democratización avanzó con rapidez a partir de ese año, propició la derrota del PRI en la Cámara de Diputados en 1997 y el primer gobierno electo de la capital quedó en manos de Cuauhtémoc Cárdenas, pionero del cambio democrático mexicano. También se levantaron las compuertas a un federalismo siempre contenido por el poder central y empezó una regionalización y descentralización feroz, casi salvaje, que, sin embargo, se ha convertido en una fuente decisiva del poder político dentro del Estado nacional.
No se exagera si se propone que el federalismo será el locus principal de la política democrática del futuro. También lo será de los nuevos desarrollos de la estructura productiva, que para expandirse necesita combinar especialización con diversificación.
Al final del siglo XX, la reforma fue el cauce de una alternancia pacífica en la presidencia de la República, que se combinó con una notable estabilidad financiera, un tipo de cambio bajo control, una inflación a la baja y un crecimiento económico que por primera vez en casi 20 años llegó a una tasa superior a 6 por ciento anual. Economía abierta y democracia creíble hacían del cambio globalizador mexicano una realidad pujante al final del siglo XX.
Empero, el crecimiento se esfumó a partir de entonces y la economía se ha arrastrado en lo que va del nuevo siglo. El saldo de la primera presidencia de la alternancia será de casi nulo crecimiento económico y el "mal empleo", que une el desempleo con las ocupaciones informales de baja o nula productividad, se habrá apoderado del panorama social de la sucesión presidencial.
La migración de jóvenes educados a Estados Unidos y la opción por la "otra salida" de otros cientos de miles, rumbo a la criminalidad, reduce nuestro crecimiento potencial y desafía la consolidación democrática y el Estado de derecho. La desigualdad social y cultural cierra este círculo que muchos ven como vicioso y sin salida.
Uno tras otro, los veredictos de la globalidad, resumidos en los reportes sobre la competitividad o las destrezas del capital humano, nos reprueban. Caemos en la liga de las exportaciones y perdemos espacio de mercado donde tenemos tratados de libre comercio; nuestras fortalezas productivas menguan, como el caso automotriz, y las defensas oficiales de la apertura globalizadora caen en la modorra de un librecambismo decimonónico.
Las tribulaciones del socio mayor, que son las de la globalización, no son entendidas ni asumidas, y se impone la necedad de que "no hay más ruta que la nuestra". En el momento en que más de medio mundo descubre y pone a prueba la posibilidad de hacer camino al andar.
Durante el gobierno del cambio, la reforma política desembocó en casino electoral y los políticos se volvieron sujetos tributarios de las grandes empresas de la información electrónica de masas. La solidez del régimen electoral contrasta con la frivolidad que reina en la política.
Mal empiezo para la segunda alternancia, que ni a circo de tres pistas llega a pesar del ramillete de candidaturas y las coaliciones por venir. Sin crecimiento y con una política de cuchilleros en la que las primeras víctimas son los cuadros contendientes dentro de los partidos, el país vive horas inciertas. La tregua navideña propuesta por el IFE no nos convierte en "totalmente Palacio".
Notas publicadas originalmente en La Jornada, 6, 13 y 21 de noviembre de  2005.

jueves, noviembre 17, 2005

La política está de güeva

Si la semana pasada comenté que la política en México se había convertido en un espectáculo para y por los medios, hoy debo decir que ha llegado a niveles verdaderamente pedestres. Realmente no hay a quién irle: por una parte, el pleito de vecindad entre Madrazo y Elba Esther; por otra, el PAN, con cuyas ideas nunca he comulgado pero que era un partido respetable, coqueteándole a Elba Esther y a sus maestros en una muestra del más absoluto pragmatismo; en otra más, el PRD postulando como candidato a Senador por Sonora a Alfonso Durazo, quien ya brincó del PRI al PAN y ahora aterriza en el sol azteca.

Preguntaba un personaje de Conversación en la Catedral (una de mis novelas favoritas aunque no aparezca como tal en Mi Perfil): en qué momento se jodió el Perú, Zavalita? Y habría que preguntarnos en qué momento se jodió México, qué ocurrió para que llegáramos a estos niveles tan lamentables. ¿Será que tenemos la clase política que nos merecemos? Yo tengo una hipótesis al respecto. Todo se jodió cuando se determinó proporcionar millones y millones de pesos a los partidos políticos y a los órganos electorales. Con el pretexto de que la democracia cuesta cara, se aprobaron las "prerrogativas" y se abrió la llave del dinero a los partidos políticos. Estos, que en teoría deberían ser organizaciones de ciudadanos agrupados en torno a un ideario común y en busca del poder para implantar ese ideario, se convirtieron en botín de unos vivos y atrajeron a la política a seres de la peor ralea, con la idea de que es un medio para hacerse de poder, de privilegios y de prebendas que de otra forma les sería difícil conseguir.

Eso explica la aparición de los Bejaranos, los Ahumadas, los Montieles, los niños verdes, y toda la lista de etcéteras que quieran agregar. Por otra parte, el poder se vuelve una adicción y ahí está el caso de Fujimori para que veamos que esto no ocurre sólo en México: si el pinche chino ya estaba muy tranquilo arreglando su jardín, ¿qué carajos tiene que intentar regresar a Perú a seguir jodiendo? Eso mismo habría que preguntarle a Salinas, y a Sodi y a Durazo y a también una larga fila de etcetéras que hacen lo que sea con tal de seguir en el candelero. ¿De verdad es tan fuerte su vocación de servicio?

miércoles, noviembre 16, 2005

Creció 3.3% el PIB en el tercer trimestre

El Producto Interno Bruto registró un crecimiento de 3.3 por ciento en términos reales, durante el tercer trimestre del 2005, respecto al mismo periodo del año anterior, informó el miércoles 16 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esta cifra resultó igual a la expectativa de acuerdo a una encuesta realizada entre especialistas del sector privado.
Por sector de actividad, los servicios se elevaron 4. 3 por ciento en el trimestre de referencia, derivado del comportamiento al alza en las actividades de transporte, almacenaje y comunicaciones de 6.6 por ciento; los servicios financieros, seguros y actividades inmobiliarias y de alquiler 6.2 por ciento; el comercio, restaurantes y hoteles 3.1 por ciento, y los servicios comunales, sociales y personales 2.3 por ciento.
El PIB agropecuario, de silvicultura y pesca avanzó 10.6 por ciento a tasa anual en el periodo en cuestión, como consecuencia de la mayor superficie sembrada y cosechada en el ciclo primavera-verano lo que se tradujo en un ascenso en la producción de cultivos como soya, trigo, maíz, mango, ajonjolí, frijol, uva, aguacate, plátano, piña, limón, copra, manzana, sandía, sorgo forrajero y cártamo.
Por su parte, el PIB del sector industrial creció 0.6 por ciento como resultado del incremento de todos sus componentes: la construcción 2.1 por ciento, la minería 1.4 por ciento, la generación de electricidad, gas y agua 1 por ciento y las manufacturas lo hicieron en 0.2 por ciento durante el tercer trimestre de 2005 en comparación con igual lapso de 2004.
Cifras desestacionalizadas indican que el PIB aumentó 2.15 por ciento en el tercer trimestre de 2005 respecto al inmediato anterior.

viernes, noviembre 11, 2005

La economía en la semana


¿Qué dice Hacienda?
La versión oficial y optimista de la economía nacional (aunque con muy amplia información) se puede consultar en la siguiente dirección:

http://www.shcp.sse.gob.mx/aplicaciones/informe_vocero/
documentos/2005/vocero_45_2005.pdf

Perspectivas citadas por SHCP:

• Se Espera que la BMV Continúe con su Tendencia Alcista

Especialistas bursátiles esperan que el IPyC de la BMV continúe al alza en el corto plazo, ya que sigue favoreciendo el buen dato de inflación para octubre, el cual apoya la continuidad del ciclo descendente de las tasas de interés en México. (Infosel)

• El Clima Frío Elevará los Precios del Petróleo

Algunos analistas señalan que los crecientes inventarios y la disminución en el crecimiento de la demanda del petróleo han influido en el descenso de los precios de este insumo en las últimas semanas, pero que en cuanto inicie el clima frío, los precios sufrirán un rebote. Otros analistas consideran que los precios del crudo continuarán descendiendo en 2006, debido a la menor demanda; sin embargo, esperan que durante el próximo invierno los precios se estabilicen a niveles de entre 55 y 60 dólares por barril. (Infosel)

• El Peso Mexicano Podría Continuar Fortaleciéndose

Analistas indican que la divisa mexicana podría continuar fortaleciéndose a inicios de la próxima semana, debido a que el mercado sigue registrando entrada de capitales extranjeros. Además señalan que el tipo de cambio podría mantener un rango de operación de entre los 10.650 y 10.700 pesos por dólar. (Infosel)


¿Qué dice Banamex?

En la semana, se registra optimismo en las variables financieras. El tipo de cambio se fortalece (cerró en 10.68 pesos por dólar) y el riesgo país alcanza nuevamente un mínimo histórico. Apoyó la mejora en el perfil de la deuda pública por las decisiones del gobierno federal de amortizar anticipadamente bonos emitidos en los mercados internacionales; y por el anuncio de una futura oferta de tres series de warrants que permite el canje de bonos de deuda externa por bonos de deuda interna. El descenso de la tasa de 28 días a niveles de 8.78% ratifica la expectativa del mercado de que continuará la menor restricción monetaria en noviembre, expectativa que se vio fortalecida por los buenos resultados de la inflación en octubre y por el continuo ajuste a la baja de sus expectativas.
A pesar del favorable desempeño de las variables financieras, que incluso nos lleva a modificar nuestra expectativa de tipo de cambio para fin de año de 11.0 pesos por dólar a 10.9, consideramos que existen elementos como la baja reciente en el precios del petróleo, el dinamismo exportador relativamente bajo, el aumento de las tasas externas y las presiones inflacionarias generadas por los precios de la energía, que moderarán gradualmente el optimismo.

Indicadores 11 de noviembre

Dólar menudeo

Compra Venta

10.500 10.770

Dólar spot

10.6585 10.6885

Euro

12.512 12.512


Tasas Actual Anterior

TIIE 28 9.1950 9.2000

CETES 28 8.73 9.61

UDIS 3.6042 3.6041

Libor 3 m 3.3400 4.3323


Bolsas

IPyC 16137.07 -0.10

Dow Jones 10686.04 0.43

Nasdaq 2202.47 0.26



Comentarios JRS

El Banco de México reportó el miércoles 9:

En octubre del año en curso, la inflación mensual fue de 0.25%, menor en 0.44 puntos porcentuales a la reportada en octubre de 2004. Así, la inflación general anual en el mes que se reporta (octubre 2005/octubre 2004) fue de 3.05%, la menor desde que se tiene registro. Por su parte, la inflación acumulada en los primeros diez meses de este año se ubicó en 1.97%.

Aunque los indicadores macroeconómicos se siguen manteniendo más o menos estables, resulta indicativa del desempeño de la economía mexicana la cifra de crecimiento de la producción industrial, dada a conocer el viernes 11 por INEGI:
La Producción Industrial en México aumentó en términos reales 1% en el noveno mes de 2005 con relación a igual mes de un año antes, como resultado del crecimiento de todos sus componentes. La Industria Manufacturera se incrementó 0.8 por ciento a tasa anual: la producción de las empresas de transformación fue superior en 0.6% y la de la maquila de exportación lo hizo en 2.5 por ciento.
Eso significa que la economía real, es decir, la de la producción de bienes, crece muy lentamente, lo que se reflejará en un crecimiento del PIB menor al de las estimaciones oficiales (3.75% para el año 2005). Por otra parte, la poca disputa que ha habido este año entre el Congreso y el Ejecutivo (al menos hasta ahora) en cuanto a la aprobación del programa económico 2006 ha contribuido a la estabilidad de los mercados financieros.

El espectáculo de la política

Curiosos son, por decir lo menos, los tiempos que nos ha tocado vivir. Quién iba a pensar, hace unos veinte años, que la política nacional se convertiría en uno de los elementos generadores de elevados ratings de los medios de comunicación nacionales. Hoy, los nuevos video escándalos, las derrapadas nacionales e internacionales del Presidenchente, la farsa de la elección interna del PRI, las poco afortunadas intervenciones de los jerarcas eclesiásticos y la reaparición del innombrable en la escena son materia de notas informativas, análisis, parodias y chunga por parte de la televisión. Y si bien esto amplía la información con que cuenta el círculo verde y le quita la exclusividad de la misma al círculo rojo, también conduce a dos cuestiones que desde mi punto de vista son preocupantes: uno, la auto asunción de los medios (en especial de la televisión y la radio) en los tribunales supremos de justicia de la nación (sin instancia superior a la cual apelar); y dos, la trivialización de la política, propiciada fundamentalmente por una muy pobre clase política nacional aferrada al hueso (como se decía antes) y al protagonismo más chabacano que se pueda concebir.

El escenario internacional es igualmente confuso: en Europa, la chusma africana y musulmana, como la llamó el chauvinista ministro del Interior de ese país Nicolas Sarkozy (quien, según Jairo Calixto Albarrán, se debería llamar el Carcinoma de Sarkozy) se encuentra amotinada nada más por el desempleo masivo, que persiste en un sistema social supuestamente de welfare y solidaridad social, y por la presencia de ghettos étnicos y religiosos cada vez mayores en un país supuestamente libre del racismo. En América Latina, los presidentes se dan con todo aprovechando la incontinencia verbal de Chente, quien seguramente olvidó sus Prozacs en México o no le pudieron preparar en Mar del Plata su diaria dosis de toloache. Y en Estados Unidos cada vez resulta más claro que el tocayo Bush embarcó a su país en una guerra injustificada de la cual no quiere salir, mientras que en Kansas, lo mismo que en otros estados de la Unión, triunfan en materia de contenidos educativos los fundamentalistas religiosos que siguen creyendo que la Tierra es plana.

Espero de mis amigos sus comentarios para que entre todos podamos ir armando un blog que nos ayude a tratar de entender qué pasa realmente en medio de la barahúnda que nos circunda (o de esta parafernalia, como diría erróneamente??? Chente). Intentaré publicar mis notas así como alguna información económica relevante dos veces por semana al menos. Pero espero que me ayuden con sus puntos de vista y con nuevas informaciones para hacer de este sitio algo interesante. Aquí va la botella al ciberespacio.