sábado, marzo 22, 2008

El batidillo del PRD

El lodazal que se generó con motivo de las elecciones internas del PRD del domingo anterior (16 de marzo) ha provocado muy diversas reacciones. Muchos comentaristas y observadores han señalado que con estas elecciones el PRD ha perdido la autoridad moral para calificar como fraudulenta cualquier elección en que participe en el futuro. Otros comentan que el seguimiento mediático al proceso electoral del PRD es bastante sospechosista, pues las televisoras y los diarios documentan hoy cada circunstancia indebida o ilegal con un celo que no mostraron en la elección presidencial del 2006. Cuauhtémoc Cárdenas, ex líder moral del PRD y hoy acusado de cómplice de Felipe Calderón por los sectores más duros del lópezobradorismo (véase El Chamuco, revista dirigida por Federico Arreola, quien durante muchos años vivió a la sombra del recuerdo de Luis Donaldo Colosio y hoy es acólito de El Peje, al mismo nivel de Noroña) pide, en una carta abierta a los militantes del PRD, que se anulen las elecciones.

Buena parte de quienes han criticado el cochinero perredista han llamado a una renovación moral del partido y en especial de su dirigencia o han criticado la falta de moralidad que implican tantas prácticas deshonestas al interior del proceso electoral. Sin embargo, me parece que esto no es un asunto de carácter moral, sino que implica al modelo de partido que se creó hace casi veinte años y que se inscribió tan cómoda y naturalmente en el sistema de partidocracia que nos rige desde entonces. El siguiente artículo de Joel Ortega Juárez (ex líder del PCM y del movimiento estudiantil de principios de los setentas y promotor del voto útil en favor de Fox en el año 2000), publicado hoy en Milenio, explica con claridad esta cuestión:

Todo se derrumbó

Ahora vendrán los desgarramientos de vestiduras. Las admoniciones.

Pepe de Alba (aquí bien podría decir mi nombre) se enfrenta a una tremenda realidad. Todos sus sueños por cambiar al mundo se han estrellado con la mezquindad de los aparatos y sus integrantes.

Nunca se imaginó cómo los ideales de cambio revolucionario o simplemente de tipo democrático con los que creció, serían sustituidos por la defensa furiosa de los intereses de las pandillas que actúan y controlan toda la vida del PRD.

Tremenda paradoja: lo que no pudieron aplastar los aparatos represivos con sus torturas, desapariciones, encarcelamientos y asesinatos de militantes, lo consiguió el veneno del poder. Antiguos militantes cambiaron sus valores de lucha por los beneficios del podercillo burocrático.

Pretender solucionar la crisis del PRD mediante una cacería de brujas para exterminar a las pandillas es imposible dentro del modelo actual de partido paraestatal.

No se trata de una catástrofe natural. No. Es el resultado inevitable de un camino iniciado hace 20 años. Cuando se optó por construir el cuarto partido de la Revolución Mexicana para darle salida al partido que nació el 2 de julio (88).Un partido basado en el credo del nacionalismo revolucionario.

Ese modelo implicaba depender de los subsidios estatales y renunciar al sostenimiento militante del partido. Ello se tradujo en una poderosa red de varios miles de familias. Formada por los aparatos de los gobernadores, senadores, diputados federales y locales, presidentes municipales y cabildos, delegados, estructura nacional y estatal del partido y toda la parafernalia de empleados, ayudantes, mandos superiores y medios en los gobiernos estatales encabezados por la numerosa burocracia del DF; además de choferes, asistentes, operadores.

Esa burocracia se compone por varias decenas de miles. Es en el seno de esa burocracia que se libran las peleas por mantener esas chambas y huesos, como ocurre actualmente con la elección interna del PRD.

Sacudirse de esa maraña no es un asunto de buenos modales o deseos. La única manera sería cortar de un tajo ese nudo. Rompiendo con el modelo de partido paraestatal. Lo cual es una fantasía, dado que el modelo de la partidocracia así y solo así funciona y a ese modelo está asimilado el PRD y, no sólo, es uno de sus bastiones fundamentales.

Mientras eso no ocurra, las peleas internas serán tan encarnizadas y sucias como las que hemos conocido y las que habrán de ocurrir. No es sólo un problema “moral”.

miércoles, marzo 19, 2008

Trágico Trimestre (?)

Releyendo el post anterior me doy cuenta de que las desgracias y fatalidades que aparecen en el recuento de los daños parecen no tener mucho que ver conmigo. Así que practiquemos el revisionismo:

  • Un hecho claramente negativo es que el único cliente seguro que teníamos como consultores fue obligado a dejar su puesto. Y ahí anduvimos en cabildeos, negociaciones, grillas a todos los niveles, desde la escala inferior de los "periodistas" chayoteros hasta la SCJN, pasando por políticos de todos los niveles y colores, abogados, asesores, legisladores, etc. Ese fue un proceso muy desgastante y que incluso cobró dividendos físicos.
  • La mención que hago de las elecciones internas del PRD y de los jóvenes que jugaron a ser guerrilleros de las FARC se inscribe en el reiterado desencanto que me aqueja desde hace algún tiempo acerca de lo que se autodenomina "la izquierda mexicana". Y ese desencanto ha hecho crisis en las últimas semanas: sigo sin poder concebir que el líder de la izquierda mexicana sea una persona que no tiene ninguna formación teórica acerca de lo que significa la izquierda, y que equipara a esta con "la voluntad popular" y con la retórica del nacionalismo revolucionario que caracterizó a los gobiernos priístas de las décadas de los 40 a los 70's.
  • Otro hecho negativo es que me quedé sin trabajo, pero eso, bien o mal, fue una elección personal, relacionada con el primer punto del recuento de antier: no me interesó formar parte del gobierno de Godoy y antes de que me corrieran (como les ocurrió a muchos de mis amigos y conocidos) yo decidí hacerme a un lado.
  • En cuanto a la cuestión de los emos ahí sí me parece que no tiene mucho que ver conmigo. Ya forzando mucho la máquina podría decir que la intolerancia de que da cuenta ese hecho es una de las constantes de esta polarizada sociedad mexicana de nuestros días. Pero eso (con un ejemplo que sí me toca de cerca relacionado con los p'urhépechas) será tema de otro post.

Así que por lo pronto aquí sigo.

lunes, marzo 17, 2008

Trágico trimestre

Este 2008 ha sido especialmente negativo para este observador de la cotidianeidad michoacana y mexicana. Dejando de lado lo obvio (y más doloroso) relativo al rompimiento sentimental, este año ha traído consigo una carga muy pesada de realidad. Dan ganas de gritar: "¡ya no quiero tanta realidad!, tráiganme un poco de teoría combinada con fantasía, algo que venga a edulcorar esta miserable existencia". Aquí, un breve recuento de desgracias y fatalidades:

- Leonel Godoy y sus huestes en el Gobierno de Michoacán. Llegaron como Atila y los hunos, con las espadas desenvainadas y, al grito de: ¡quiero tu renuncia con fecha 15 de febrero!, no dejaron ni lazaretos ni bautistianos con cabeza. Lo bueno es que se trató de un "relevo institucional"[1] entre gente del mismo partido, confirmando aquello de que el peor enemigo de un perredista es otro perredista.

- La llamada izquierda mexicana va de mal en peor y ahora, tras un proceso bastante desaseado (un verdadero cochinero, sin eufemismos, por parte de ambos bandos), el PRD quedó a merced del iluminado, quien desde luego esta vez no exigirá “voto por voto y casilla por casilla”.

- Unos jóvenes mexicanos se van a jugar a la guerrilla a Colombia y Ecuador, los matan y ahora la sobreviviente exige una tumba digna para los caídos. Los padres de familia están indignados pero no he visto ninguna autocrítica por haberlos educado en ese radicalismo estéril. Por la forma de protestar se ve que son de esos “izquierdistas” acríticos que forman parte de la masa que sigue a AMLO en todas sus ocurrencias y que, desde luego, educaron, en complicidad con los frustrados profesores del CCH y equivalentes, a sus hijos con base en el catecismo de Marta Harnecker.

- Otros jóvenes mexicanos combaten en las calles de Querétaro y de la ciudad de México para acabar con los emos (¡!). Las batallas en el desierto han sido sustituidas por las batallas entre punketos, anarcos, darketos, skatos y creo que hasta rockeros y reggaetoneros contra los emos, convocadas por Internet y que desafortunadamente no son virtuales. ¿De dónde sale tanta intolerancia y tanto desprecio por lo diferente? Seguramente del mismo fondo oscuro de miseria física y moral, de falta de educación y de oportunidades, de donde salen esas legiones de autodenominados izquierdistas que no toleran que alguien pueda pensar por su cuenta, y sobre todo, de manera distinta al líder.

Y ya en un plano más personal, y por tanto más trágico, el América en el último lugar de la tabla general (con 5 derrotas consecutivas). Tengo como 55 años de irle al América (digamos, para no exagerar, que desde que tenía cuatro años de edad) y no recuerdo algo así. Pero si el América todavía puede caer más bajo (y no digamos Hugo Sánchez y su selección preolímpica), ¿porqué nuestra izquierda realmente existente no? Les digo… estos no son tiempos propicios.


[1] Neologismo para no decir: despido injustificado. Y no respiro por la herida, pues no pensaba trabajar para esta administración.