jueves, noviembre 06, 2008

Nos cambiamos ....

El nuevo domicilio del Observatorio que cerró sus puertas y ahora se asume como turís y no P'uhrépecha, es:
http://espressodopio.wordpress.com/
en donde estamos a sus órdenes.

lunes, octubre 27, 2008

El profeta del desastre

En el Reforma de hoy, Enrique Quintana escribe un interesante artículo sobre la crisis financiera y económica que vivimos y sobre uno de los pocos académicos que vio venir el caos. Vale la pena su lectura.

El profeta del desastre
Un profesor de la Universidad de Nueva York, nacido en Estambul, se ha convertido en el profeta del desastre financiero.

El 2 de marzo pasado, muchos meses antes de que el colapso se desatara, el economista de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, escribía lo siguiente en diversos periódicos en el mundo.

"Actualmente existe un círculo vicioso en Estados Unidos y su alcance se podría ampliar a la economía global. Ahora hay un riesgo grave de un colapso sistémico en los mercados financieros estadounidenses a medida que estallan las burbujas del crédito y los activos.

"El problema ya no son solamente las hipotecas de alto riesgo sino un sistema financiero de alto riesgo. (...)

"Hay por lo tanto un riesgo mayor de que muchos inversionistas apalancados tanto en los mercados de capital como en los de crédito se vean obligados a vender activos no líquidos en mercados no líquidos, lo que conducirá a una caída en cascada de los precios de los activos, por debajo de sus valores fundamentales. Las pérdidas que de allí se derivarán agravarán el desorden financiero y la contracción económica. (...) El riesgo de que una crisis financiera sistémica impulse una recesión más pronunciada en Estados Unidos y a nivel mundial, rápidamente ha pasado de ser una posibilidad teórica a un escenario cada vez más posible".

Roubini había hablado del riesgo de la crisis financiera desde 2006, pero no consiguió ser tomado en serio.

Con los más recientes acontecimientos, su credibilidad se ha disparado a las nubes a pesar de que The New York Times lo ha bautizado como "el doctor calamidad".

Por eso resultan inquietantes sus más recientes señalamientos.

Al participar en un evento en el IESE de España propuso una medida radical para detener la caída de las bolsas: cerrarlas temporalmente, por una o dos semanas.

A su juicio, el miedo se ha adueñado de los mercados y ya no responden a los incentivos por lo que se han convertido en una fuerza destructiva que requiere un corto circuito temporal.

Con la caída experimentada hasta el viernes pasado, el Dow Jones World Index ha caído en 46.5 por ciento en 2008. Considerando que el valor de capitalización de los mercados accionarios del mundo era de alrededor de 60 billones de dólares la comenzar el año, las pérdidas alcanzan aproximadamente 28 billones de dólares.

Para darle dimensión a la cifra, equivale a poco más de dos veces el valor del PIB anual de Estados Unidos o 27 veces el valor del PIB anual en México.

De ese tamaño ya es el desastre.

Roubini, además, anticipa muy malos tiempos. El viernes pasado dijo en España que la recesión mundial ya es inevitable y que durará al menos dos años, descartando los escenarios que hablan de una recuperación al final del 2009.

Su ascendente estrella ya le valió a Roubini que el Foro Económico Mundial le haya encargado la realización de un informe sobre el sistema financiero.

Si resultara que las predicciones del profesor de la Universidad de Nueva York estuvieran correctas, entonces más nos valdría prepararnos para un invierno económico largo y muy severo más que para una caída del PIB de 1 a 2 por ciento por tres trimestres.

Aunque el términos financieros, la crisis actual ya puede ser considerada una de las más graves de la historia por las consecuencias que ha tenido, en materia económica, la mayor parte de las predicciones anticipan una recesión generalizada pero más o menos moderada, tanto en su profundidad como en su duración.

Hay que reconocer que en las actuales circunstancias, la posibilidad de anticipar con razonable precisión la evolución de las variables económicas, es cada vez menor.

Estamos en uno de esos momentos en los que hay demasiada inestabilidad como para poder saber lo que viene adelante.

Imagine usted una circunstancia física como el punto de ebullición del agua. Los principios y la lógica con los que hemos entendido la economía se aplican a su "estado líquido" pero cuando está cambiando de estado y se convierte en vapor, hay turbulencia y sus propiedades cambian rápidamente.

Algo así está pasando en la economía mundial.

Y, esa incertidumbre repercute en temas tan cercanos a nosotros como el precio del dólar.

Nadie sabe con certeza cuando va a estabilizarse porque la demanda de la divisa no deriva simplemente de factores nacionales sino de un contagio que alcanza múltiples mercados emergentes e incluso a los del mundo desarrollado, como los de Europa.

Mientras tengamos inestabilidad financiera internacional, lo más probable es que sigamos teniendo inestabilidad cambiaria en el mercado local.

No descarte nuevas corridas y niveles de más de 14 pesos para el dólar seguidas de ajustes a la baja. La estabilidad todavía no se ve cerca.

Las pérdidas de las finanzas y la economía

El desplome de los precios de las acciones ha conducido ya a cinco meses continuos de destrucción de valor bursátil en el mundo. Y en la economía material, las cifras de la industria en EU en septiembre, van todas para abajo.

enrique.quintana@reforma.com

sábado, septiembre 20, 2008

Narcoterrorismo y cobertura mediática

Este es el texto de una carta que envié el jueves 18 a Joaquín López Dóriga, con relación a la cobertura que dio Televisa (y lo mismo vale para TV Azteca) al ataque terrorista del hoy llamado S-15. Obvio es decir que no ha habido acuse de recibo.

Señor López Dóriga:

He visto con atención los noticieros de Televisa en los últimos días e incluso seguí anoche el acalorado debate que se suscitó en Tercer Grado con respecto al atentado terrorista en mi ciudad, Morelia.

Sin embargo, no he atisbado siquiera una pequeña explicación del porqué Televisa no cubrió esa misma noche (la del 15 al 16 de septiembre) el gravísimo atentado que ha merecido la atención mundial.

Yo no asistí a la ceremonia del Grito en esta ciudad pero alrededor de la una de la mañana del martes empezaron a circular entre los morelianos, vía celular y telefónica, distintas versiones de lo que había ocurrido en el Centro Histórico de esta capital, así como infinidad de rumores sobre balaceras, nuevas bombas y amenazas de más explosiones.

Un canal local de TV empezó a dar información a esa hora, pero quienes contamos con el servicio de SKY no tenemos acceso a los canales locales, por lo cual nos quedamos sin saber qué estaba ocurriendo.

Y mientras tanto, el Canal de las Estrellas seguía transmitiendo su fabuloso programa Noche Mexicana (o algo así) y recorriendo todo el país para que pudiéramos disfrutar viendo cómo se celebra el Grito en los distintos rincones de nuestra geografía. Y no es que no tuvieran material, pues como pudimos observar en el noticiero del martes por la noche, sus reporteros y camarógrafos estuvieron en el sitio de la tragedia todo el tiempo.

A las 3:30 de la madrugada me di por vencido y decidí dormirme sin que el medio de comunicación más importante de México tuviera a bien informar sobre lo que estaba ocurriendo en Morelia.

¿No cree usted que al menos nos deben a los televidentes una mínima explicación? ¿No quisieron echarle a perder al resto de los mexicanos una muy bonita celebración? ¿Los contratos con sus artistas exclusivos no les permiten diferir su actuación? O, de plano, ¿han perdido el sentido periodístico en esa empresa? Con todos sus defectos, Zabludovsky informó paso a paso lo que ocurrió el día del temblor.

Atentamente

Jorge Ruiz Saavedra

Morelia, Michoacán.



lunes, junio 30, 2008

Carta semanal 30 de junio

1. El caso News Divine y el golpeteo vs. Marcelo Ebrard
La tragedia que provocó la muerte de 9 jóvenes y tres policías en la discotheque News Divine del D.F. el viernes 20 por la tarde se convirtió en un verdadero día de campo para los dirigentes del PAN a nivel nacional y para los medios de comunicación, quienes aprovecharon la ocasión para lanzar una campaña en contra de las autoridades perredistas del Gobierno del Distrito Federal, y bajar de esa manera los bonos de quien se perfila como uno de los posibles candidatos del sol azteca a la Presidencia de la República en el 2012. Y si bien resulta imperdonable que tras más de diez años de gobernar a la ciudad de México las sucesivas administraciones perredistas sigan permeadas por la corrupción, el clientelismo y la visión de que ser joven es equivalente a ser delincuente, lo cierto es que la reacción de los medios de comunicación mostró el temor que sus propietarios tienen de que estemos frente a un nuevo candidato atractivo para las masas por parte de la izquierda para el 2012.
2. Conflictos locales
Durante la semana pareció desactivarse el riesgo de un enfrentamiento violento en Cherán. Las autoridades de la PGJE resolvieron el homicidio de Jorge Romero Mateos, que como se recordará fue el detonador de la toma de la Presidencia Municipal de ese municipio, y el inicio de la desestabilización política del mismo. Eso sirvió para que tanto el PRI como el PRD hayan externado su confianza en que pronto se resuelva el conflicto. Sin embargo, queda pendiente de resolver el asesinato del líder opositor y ex alcalde de esa población Leopoldo Juárez Urbina, así como la realización de una auditoría por parte de la Auditoría Superior de Michoacán a las finanzas municipales, lo que no se ha podido iniciar pues no hay aún condiciones para ello.
Por su parte, el gobernador Leonel Godoy Rangel pidió no ponerle colores ni partidizar los temas de criminalidad como los asesinatos del síndico de Tuzantla, Raúl Martínez Ulloa, del alcalde de Villa Madero, Marcelo Ibarra Villa, (ambos del PRI) e incluso, el de Leopoldo Juárez Urbina, ocurrido en el municipio indígena de Cherán.
«No hay que partidizar, si empezamos a ponerles a las víctimas colores, afecta la recta procuración e impartición de justicia», expresó el gobernador tras inaugurar el VI Congreso de Justicia Administrativa el jueves pasado.
3. Conflictos estatales
Continúa el conflicto promovido por la sección XVIII de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), los llamados democráticos, quienes el pasado lunes 23 levantaron el plantón que mantenían en el Centro de Morelia con el fin de reforzar la toma de la SEE.
A nivel nacional, ante la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que calificó de constitucional, en lo general, la Ley del ISSSTE, este viernes 27 de junio, en la ciudad de México, miles de manifestantes, maestros, politécnicos, electricistas, universitarios, tranviarios, telefonistas, mineros y trabajadores de los gobiernos federal y locales, así como del Poder Judicial, advirtieron a la administración de Felipe Calderón que continuarán las movilizaciones y la lucha legal hasta lograr la abrogación de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), además que no pasará la iniciativa para privatizar el sector energético.
Sobre Elba Esther Gordillo adelantaron su “expulsión definitiva” de la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en el Congreso Nacional de Bases, que este 11 y 12 de julio efectuará el magisterio en un encuentro donde se tiene “el apoyo de más de un millón 300 mil mentores de un total de un millón 600 mil que integran el SNTE”, según los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Declararon, además, el inicio de la lucha contra la Alianza para la Calidad de la Educación, suscrita por el gobierno y el SNTE, la cual “implica un golpe a la educación pública y a los derechos laborales de los mentores, desde el nivel básico al superior”.
Artemio Ortiz, de la dirigencia de la CNTE; Agustín Rodríguez, del STUNAM; Hermelinda Hurtado, del SITUAM, y José Luis Vega, del Frente Sindical Mexicano (que agrupa al SME, UNT y varias agrupaciones), entre otros, aseguraron que para defender los derechos sociales ya adquiridos (jubilación y pensiones, los más sentidos) llegarán a la huelga nacional, este 1° de septiembre. “Vamos a reclamar lo que por ley nos corresponde como trabajadores”.
El examen de admisión para el bachillerato de la UMSNH se llevó a cabo el sábado con relativa tranquilidad. Sin embargo, con la exigencia de respeto a la autonomía universitaria, así como a la educación laica y gratuita, además de exigir el reembolso parcial de los costos por la aplicación de los cursos propedéuticos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), integrantes del grupo estudiantil Izquierda Nicolaita tomaron desde el viernes por la noche las instalaciones de Rectoría en Ciudad Universitaria. Este hecho, liderado por el regidor perredista de Tuxpan, Jesús Mora, fue condenado por Fabiola Alanís.
4. Escenarios previsibles
Ante la visita que realizará esta semana a Michoacán el presidente Felipe Calderón, en la cual entregará apoyos sociales en Susupuato e inaugurará el nuevo hospital regional de La Piedad, habrá que ver cuál es la postura que adoptará el gobernador Leonel Godoy. Si bien hasta ahora ha prevalecido la cortesía, esta vez el encuentro tendrá lugar en un contexto crispado por el aprovechamiento panista de la tragedia del News Divine y frente a las consultas que los gobiernos perredistas están organizando con respecto a la reforma energética.

viernes, junio 27, 2008

Hablemos de cine...

Como bien saben quienes me conocen (o me padecen), ir al cine es para mí algo parecido a un ritual en el que se requiere silencio para poder adentrarme en lo que dice la película, en el lenguaje cinematográfico. De ahí mis entripados en las salas de cine a causa de la omnipresente masa crunch crunch, integrada por aquellos que fueron educados en la convicción de que ir al cine es un mero pretexto para ir a tragar palomitas o cualquier variedad de comida chatarra en la obscuridad. Y peor aún que los adolescentes que van en bola a echar desmadre y que creen que sus comentarios y sus marranadas como eructar o tirarse un sonoro pedo a media película son muy graciosos, son quienes se ven en la necesidad de explicarle lo que todos estamos viendo a su acompañante: en medio de una tórrida escena de seducción en la que el galán empieza a desnudar a la protagonista, el vecino de fila le hace saber a su educando: ¡¡¡se la quiere coger!!!

Por eso, no he encontrado un mejor método para disfrutar del cine que ir a ver las películas clasificadas B15 o C o D en las funciones de sábado y domingo a las 11 de la mañana. Es el horario ideal porque jóvenes y adultos contemporáneos están padeciendo a esa hora los efectos de la cruda y los padres de familia con mala conciencia llevan a sus pequeños engendros a las funciones para niños. Así que hay muy poca gente en las salas a esa hora y en general son integrantes de la misma secta a la que pertenezco: la de quienes disfrutamos las películas en silencio.

Hoy viernes, en Reforma, Juan Villoro escribió un esclarecedor artículo al respecto. Va:

Ruido y verdad

A propósito de la fallida versión fílmica de Sexo en la ciudad, el actor y director de teatro Enrique Singer me planteó una pregunta decisiva para distinguir dos medios de comunicación: "¿Por qué es más fácil creer algo en la televisión que en el cine?". Luego adelantó una respuesta: "El cine tiene más necesidad de parecer verdadero".


¿A qué se debe esto? Tal vez porque Singer acaba de montar la obra Memoria, sus palabras activaron mis recuerdos de espectador. De golpe me situé a principios de los años noventa, cuando la clase media mexicana regresaba a las salas de cine luego de una larga ausencia.


Es fácil olvidar los comportamientos urbanos que han desaparecido, pero hubo un tiempo en que el público volvió al cine con profunda extrañeza y se comportó ahí como si viera un video en su casa. Ante la cara de una asesina serial, alguien decía: "Mira: igualita a Tere"; mientras tanto, en la fila de enfrente, otra persona compartía su perplejidad: "¿Por qué la besa? ¿No que eran hermanos?". En las películas que transcurrían a lo largo de varios años no faltaba una pregunta de involuntario peso filosófico: "¿Es el mismo o ya es otro?".


A mediados de los ochenta los cines eran ruinosos. Las salas previstas para épicos estrenos (el público como la tribu de Moisés) y para simular en su techo una noche estrellada y en sus balcones un palacio chino, habían sido derrotadas por el video. En esas raídas butacas ya sólo se sentaban alguna rata de ocasión, ciertos cinéfilos imbatibles y los sospechosos que buscan la complicidad de lo oscuro. Cada vez que querías ver una película, descubrías que estaba en un sitio lejanísimo y quizá digno de su nombre (Papanoa 2). Ante esa alternativa, recordabas las ventajas de la tele, medio de comunicación que mejora con botanas.


Durante unos 10 años mucha gente perdió la habilidad de concentrarse ante una película. Cuando los mausoleos de 500 butacas se reconvirtieron en rutilantes multicinemas, presenciamos un experimento antropológico: la conducta de la gente había cambiado; ahora veía el cine visto con la desatención propia de la tele.


Diez años son suficientes para olvidar cómo se usa una forma del arte. En su libro de memorias, Mi último suspiro, Buñuel cuenta que cuando el cine llegó a Zaragoza nadie lo entendía. Ver imágenes en movimiento resultaba demasiado veloz y complejo para una ciudad acostumbrada a ver atardeceres.


Eso cambió hasta convertir al cine en una fábrica de costumbres, entre otras, la de contemplar películas. En la cavidad de la sala el espectador ingresa en una realidad alterna, un sueño dirigido. No es casual que Buñuel pasara de practicar el hipnotismo a redefinir el cine.


Una película reclama la atención que debemos conceder a un mundo paralelo. En cambio, la televisión sucede mientras planchamos o hablamos por teléfono; su fuerza depende de comunicar de manera ambiental, sin que prestemos demasiada atención. De modo célebre, McLuhan consideró que el televisor era un objeto comunitario similar a una fogata, capaz de "retribalizar" a la gente. En efecto: hay programas que nos gustan porque estimulan la conversación.


En ocasiones, ni siquiera advertimos nuestro contacto con la tele; la "vemos" sin saber que lo hacemos. De pronto te sorprende saber que Madonna tiene harto a su esposo con su tendencia a adoptar hijos africanos o que Nicole Kidman abusó del botox y es incapaz de alzar una ceja sin sobreactuarse. ¿Por qué sabes esto? No recuerdas ningún programa al respecto, pero estuviste en contacto con una pirámide de 10 televisiones en un almacén; un autobús donde, extrañamente, no sólo exhibían películas de karatecas; un consultorio donde la verdadera terapia consistía en escapar del televisor en la sala de espera; un taxista que prestaba alarmante atención a la minipantalla colocada sobre el taxímetro.


La televisión ocurre sin que el contexto se suspenda; su credibilidad es la de un aparato en medio de la vida: pide ser vista al modo de un acuario; en cambio, el cine equivale a una inmersión submarina.


El lenguaje televisivo es un honesto artificio: las risas pueden estar enlatadas y los efectos especiales mostrar sus costuras. Las mejores comedias de México y Estados Unidos, El Chavo del 8 y Seinfeld, ocurren en sets que serían intolerables en el cine. ¿Por qué admitimos el cartón, el poliuretano, la burda utilería de la tele? Porque también el televisor está plantado en un set sin grandes méritos: la sala de la casa. No sólo vemos un programa, sino la decoración doméstica (el payaso de cristal al que le falta una mano y el tapiz de la Última Cena que tanto le gustaba al abuelo y nadie se atreve a descolgar). El discurso televisivo no reclama otra verosimilitud que la de existir mientras alguien se pinta la uñas. El contexto exterior a la pantalla -desbordado y siempre presente- relativiza lo que ahí es "verdadero": un caballo habla, un espía tiene un teléfono en el zapato, una hechicera cambia el mundo con un movimiento de nariz. Esto no significa que no sirva para transmitir películas o series hechas con criterio cinematográfico (es decir, que mejoran si apagas la luz: Los Soprano, 24, Mandrake, Capadocia). Lo decisivo es que ahí las historias pueden tener un trato muy flexible con la verdad. Para que Batman fuera creíble en el cine se necesitaron imponentes efectos especiales y a Michelle Pfeiffer de Gatúbela. En cambio, la serie Friends prosperó sin más escenografía que unos sofás.


Cuando el público mexicano volvió masivamente al cine demostró que los años de televisión lo habían tribalizado. Aunque no falta quien encienda el celular para comunicar algo tan trascendente como "dile a Jonathan que ya empezó la película", poco a poco se recuperó la costumbre de ver cine.


Esto nos lleva a otro aspecto de la pregunta planteada por Singer: la verdad ocurre en el silencio.

domingo, junio 15, 2008

¿Y la economía mexicana?

Nuestro Presidente va a España en busca de los aplausos que aquí se le regatean. El Rey Juan Carlos parece creerle lo de los éxitos en la lucha contra el narcotráfico y le da unas palmaditas pór ser un niño bien portado. Pero más que por creerle, el monarca (¡y es de sangre azul, además de que aparece en cada edición del Hola!) felicita a Calderón por su política de favorecer a toda costa las inversiones españolas en México, ya sea en el sector energético con Repsol, en el de telecomunicaciones con Telefónica, en comunicaciones con la empresa del tren suburbano del Valle de México: Construcciones y Auxiliares de Ferrocarriles (CAF), (la cual por cierto fue favorecida en una poco clara revisión del proceso de licitación), en turismo con las cadenas Meliá, Río, y otras que pretenden destruir manglares y arrecifes en la Riviera Maya para seguir construyendo sus mega hoteles, etc.

Y mientras tanto sigue el pleito entre Carstens y Guillermo Ortíz por la conducción de la política económica, con el pretexto de la fijación de las tasas de interés, lucha en la cual subyace el interés del primero por irse colocando como el candidato presidencial a la gubernatura del Banco de México.

En ese contexto creo que vale la pena reproducir aquí el artículo de hoy domingo 15 de Rolando Cordera, publicado en La Jornada.

Las voces del silencio

Ante el largo pasmo de nuestra economía uno tiende a la desesperanza luego de pasar por la ira: ¿Por qué, como se lo preguntan una y otra vez los economistas del Grupo Huatusco, no podemos crecer? ¿Por qué, contando con recursos materiales y humanos necesarios, no hemos podido “dar el salto” a una nueva y más promisoria ruta de expansión? ¿Qué hay que hacer para abrir el paso a una recuperación auténtica y, luego, para sostenerla?

No hay respuestas claras para todo esto, y la tentación de irse por la fácil, por ejemplo la sobrexplotación de los recursos naturales o la sobreventa del país a la inversión internacional, se ha mostrado punto menos que desastrosa cuando se ha intentado, y se intenta. Aparte de ridícula, la churumbeleada de Calderón esta semana anuncia episodios negros, para lo que es ya una nueva tragedia azteca: el no desarrollo mezclado con la venta de garage.

Si la respuesta no está en los fundamentos de la economía, como los recursos materiales o las capacidades humanas, hay que ir a otros flancos de la vida social y preguntarse, por ejemplo, si la política o las instituciones pueden auspiciar la empresa del desarrollo. El resultado es desalentador.

Si, por ejemplo, evaluamos la política por la voz y las decisiones de sus principales actores, como los partidos, sus dirigentes y legisladores, encontraremos que callan o no dicen nada en materia de desarrollo. Al volverse una sola voz en temas cruciales como los impuestos, el gasto público o la política monetaria; al renunciar a la pluralidad en estos aspectos cruciales de la conducción estatal de la economía, y buscar una fútil unanimidad, la política y los políticos le han extendido una suerte de cheque en blanco a quienes desde el poder decidieron por una estabilidad a cualquier costo, así sea éste la salud profunda, pero también cotidiana, de la República.

El que calla otorga… o no dice nada, postulan los jurisconsultos. En nuestro caso, esta falta de voz de la política para asuntos fundamentales de la economía nos ha puesto en la antesala del infierno del litigio social abierto y sin mediaciones: la irrupción del subsuelo. De ese tamaño es la falla de la política democrática cuyos actores pretenden dirigir los asuntos del Estado sin hacerse cargo de los sentimientos de la sociedad. De aquí el autismo que parece dominar la deliberación plural en materia estratégica y el imperio de la compra y venta de protección en la política diaria. Las majaderías panistas de estos días, encabezadas por el inefable Germán Martínez y diligentemente secundadas por el nuevo líder senatorial, son una muestra eficiente de lo que puede llegar a ser la decencia de sacristía en tiempos difíciles.

Si volteamos la mirada a las instituciones más directamente vinculadas al control o la promoción económica, encontramos un concierto de disonancias cuya tonada final es el bloqueo de todo empeño por romper el círculo de hierro del cuasi estancamiento en que el país se encuentra. No hay en el Congreso ningún seguimiento riguroso de la coyuntura, ni de la forma en que el Ejecutivo gasta o no lo aprobado; mucho menos se cuenta con un mecanismo de mediaciones para el diálogo entre los actores sociales. Todo es presión mediática o amenaza velada a los funcionarios encargados, cuando no represión desfachatada, como ocurre con los mineros y otros núcleos laborales.

Tampoco puede decirse que en el Banco de México, hoy elevado a benemérito por los rentistas, funcione como se debe el monitoreo del acontecer económico o financiero. En consecuencia, el desempeño macroeconómico queda sujeto a la interpretación simplista del mandato estabilizador impuesto con la autonomía del banco central, y sus responsables se asumen del todo irresponsables ante las exigencias de un desarrollo mejor y sostenido en el mediano y el largo plazos.

Del empleo, para qué ocuparnos: se ha convertido en una variable residual que se resuelve por la vía ingrata pero subversiva de la emigración, o por la no menos corrosiva de la informalidad de toda especie.

Para terminar este listado esquemático: ¿Se preguntan los políticos o los analistas por el estado de los salarios reales o por las maneras como se fijan los salarios mínimos? ¿Por si tiene lugar en alguna parte del edifico estatal una deliberación relevante sobre éstas y otras ausencias primordiales?

Una de estas ausencias nos remite a donde todo empieza a arder y doler: la no política en y para el campo, los productores y los campesinos. Aquí no hay más que castañetear de dientes, salvo cuando las gracejadas crueles del secretario Cárdenas nos advierten que en ésta como en otras áreas vitales del acontecer público no parece haber fondo: todavía podemos esperar lo peor.

Desfondado el sistema político-económico; ausente el centro necesario para sostener y someter las fuerzas centrífugas del cambio y la disolución; incapaz la democracia realmente existente de crear otro mecanismo de cooperación económica y social que sustituya eficientemente al que se fue; acostumbradas las elites del dinero y la política a una estabilidad que sin mayor problema las vuelve capas rentistas y satisfechas, sólo un esfuerzo mayúsculo por darle voz a la sociedad y dotarla de los decibeles mínimos podrá sacarnos del pantano que en la política plural significa el silencio a varias voces.

No una, sino muchas consultas es lo que el país requiere. De aquí lo pueril del discurso del orden que busca imponerse: le falta tuétano y le sobra (auto) engaño; y así no hay política que pueda ganar. Aunque se vista de seda. O importe castañuelas.

viernes, mayo 16, 2008

¿Hay algo más que decir?